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martes, 22 de julio de 2014

Risotto de sobrasada con miel y parmesano

¡Hola Caracolas!

Estoy aquí, hoy os traigo uno de mis últimos descubrimientos. Un plato de arroz, de risotto, como no. No apto para personas vegetarianas, sorry. Pero que está muy rico, y para compensar el colesterol de la sobrasada ¡tiene algo de zanahoria! jajajaja


Risotto de sobrasada con miel y parmesano


Ingredientes
1 cebolla

1 zanahoria
150 grs de sobrasada con miel
250 grs de arroz redondo, el mejor para risotto es el carnaroli o arborio
150 ml de vino blanco
800 ml de caldo de pollo
150 grs de queso parmesano rallado
Aceite de oliva suave
Sal
 

Paso a paso
Lo primero es cortar las verduras en brunoise (en tocitos pequeñitos, normalmente cuadrados). Si no son cuadrados exactos no pasa nada lo importante es que sean pequeños, para después no encontrarnos “tropezones” incómodos.

Rallamos el queso parmesano, o lo cortamos en láminas finitas o en brunoise, en caso de que tengamos una cuña de queso y no lo compremos ya rallado. A mí me gusta más comprarlo en cuña, porque me resulta más sabroso que el rallado.

Calentamos un poco de aceite en una olla, que sea grande, pensad que será la misma que utilizaremos durante toda la receta para preparar el risotto, en ella debemos pochar la cebolla y la zanahoria habiendo añadido sal a fuego medio-bajo hasta que éstas estén tiernas y comiencen a dorarse. 




Es el momento de valorar si nos hemos pasado con el aceite. Yo normalmente le quito la mayor cantidad de aceite que puedo una vez está toda la verdura pochadita, ya que la sobrasada es puro aceite. Después agregamos a la olla la sobrasada lo más desmenuzada que podamos. Se debe remover bien, bien hasta que se integre del todo y se deshaga.  

Encendemos otro fuego, y en un cazo empezamos a calentar el caldo de pollo, para posteriormente agregarlo.

A partir de ahora tenemos que estar removiendo bien, para que no se agarre a la olla, sobre todo si ésta no es antiadherente o es más o menos antigua. Subimos el fuego a potencia media y añadimos el arroz y lo reahogamos bien, durante 2 – 3 minutos.

Regamos todo con el vino blanco y rehogamos dejando que se evapore el alcohol al tiempo que seguimos removiendo.


 

Lo óptimo es que si hemos podido calentar el caldo de pollo, anteriormente en un cazo aparte, bajemos el fuego a medio-bajo y empecemos a añadirlo poco a poco, aún caliente, dejando que éste se consuma para después agregar más, así hasta que se termine el caldo y el arroz esté en su punto. En ocasiones hay que añadir un poco más de caldo, en caso de que no tengáis se puede añadir agua. Es importante remover el arroz durante todo el proceso, y probar el punto de sal antes de acabar, éste depende mucho del tipo de caldo, si vemos que le falta añadirle sal.

A la vez que agregamos el último cazo de caldo y mientras el arroz esté todavía caldoso se incorpora el queso parmesano rallado, o cortado muy finito, removemos, retiramos del fuego y dejamos reposar 5 minutos.







 


Y.. Bon appetite!

Se puede dejar más caldosito como en la foto de arriba, o más sequito con esta:


La única diferencia es ponerle un poquito más de caldo y dejarlo cocer menos. Pero, nada, un poquito menos.

¡Animaos a hacerla y contadme!




¡Que tengáis un buen día!






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